Los Falansterios. Crítica a Jacques Fresco y su Proyecto Venus (II)
Otra cuestión… que seguramente muchos de los tontolabas que se han creído todo esto del PV y de la EBR no se han preguntado es… ¿Vosotros habéis visto que de todas estas cosas de una sociedad sin dinero se hable en círculos académicos serios, en facultades, en organizaciones benéficas, etc.? ¿No? Seguramente muchos pensaréis que es porque el diseño de una EBR es algo revolucionario o que “no le interesa al sistema que se desarrolle y por eso ni se ha pensado en él”.
¿Que no se ha pensado en ello?
¿Vosotros sois tan tontos de pensar eso? ¿Ni lo habéis comprobado?
Por supuesto que ha habido anteriormente intentos de parcelar un área (ya hemos visto Auroville), inventariar sus recursos y ponerlos a libre disposición de los habitantes en un entorno autosuficiente. ¡Eso es más antiguo que el copón!
A ver, comunidades aisladas han existido desde siempre, pero que conscientemente se crearan a sí mismas con ideales comunales, de autosuficiencia y abundancia de bienes materiales y ausencia de uso de dinero, ha habido pocos casos y la inmensa mayoría, surgieron en los siglos XVIII y XIX (anteriormente a esto, ha habido, con esas características, sociedades monásticas que buscaban la autosuficiencia como las cristianas y las budistas, pero creo que no hemos venido aquí a hablar de ellas, ¿verdad?).
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a) El ejemplo más conocido y más estudiado en Economía es el del movimiento de los falansterios creados por el filósofo francés Charles Fourier.

Charles Fourier. Creador del concepto de falansterio. Su movimiento social contemplaba la organización del mundo en una confederación de ciudades autosuficientes que gestionaran los recursos del planeta.
François Marie Charles Fourier (1772-1837) quiso crear comunidades utópicas (literalmente, una de ellas, en Ohio, se llamó “Utopia”), autosuficientes, basadas en unos buenos ideales humanistas de vida en común (lo que en Economía llamamos mutualismo, a Fourier se le clasifica dentro del mundo de la Economía como “socialista utópico”). Diseñó y creó en el siglo XIX los falansterios (o “falanges”), unas comunidades autosuficientes con respecto al exterior que pretendían convertirse en el modelo de la sociedad del futuro. En ellas, los habitantes vivían juntos, trabajaban comunalmente, compartían los bienes, aunque no necesariamente eran iguales: los que más trabajaban, más recibían de la comunidad, aunque pretendía educar a los habitantes para que vieran el trabajo como un juego. La misión principal era bienintencionada: eliminar la pobreza. Fourier fue un adelantado a su tiempo en algunas cosas: respeto a la homosexualidad, libertad sexual, igualdad de género (fue el creador del término “feminismo”). Es más, Fourier veía sus falansterios como una orgía continua de actividad tanto sexual como académica y social (lo que estáis leyendo). También quiso ver un final glorioso de su movimiento: un nuevo orden mundial (sic) basado en una confederación de falansterios que gestionaran el mundo y sus recursos globalmente. Oh, qué casualidad… como podéis observar, la originalidad no es el fuerte de Jacque Fresco. Y que conste que todo esto que os estoy contando lo podríais haber encontrado leyendo una enciclopedia normalita.
Muchos de los falansterios no utilizaban el dinero en un principio, pero acabaron recurriendo a anotaciones contables. Qué curioso. Como Auroville. La inmensa mayoría de falansterios eran edificios que buscaban ser ciudades en miniatura, autosuficientes. Sus habitantes tenían habitaciones separadas (familiares o personales), pero el resto de lugares eran comunes (salones gigantescos).
El problema es que aunque fueron experimentos interesantes, fracasaron todos. Al no haber una jerarquía clara ni toma de decisiones clara con respecto a la distribución de recursos, la sociedad interna se fue resquebrajando. Utopia, en Ohio, no duró ni tres años.
Otros falansterios, como La Reunion, en Dallas, Texas, adolecían de técnicos formados. No todo el mundo sabía de todo y los pocos especialistas que había, no servían. La evaluación de recursos no se hizo bien, tampoco. Al principio, se creyó que la tierra era buena para la agricultura. Al contrario, resultó malísima. Curiosamente, cuando la comunidad se deshizo, nuevos colonos descubrieron que el lugar era bueno como cantera. Se transformó en una zona minera próspera.
Brook Farm (Massachusetts), por ejemplo, empezó como una comuna sectaria unitarista… pero acabó adoptando los ideales del falansterio. Los accidentes y los imprevistos en la comunidad, que buscaba la autosuficiencia total, degeneraron en una pobreza mayúscula para sus habitantes: se hacían sacrificios constantemente con tal de salir adelante y no recurrir al exterior. Las enfermedades y la falta de asistencia sanitaria hicieron mella en la comunidad. Se tuvo que recurrir a que los miembros trabajaran en el exterior. Poco a poco, los habitantes fueron abandonando la granja-falansterio. El benefactor inicial, George Ripley, perdió mucho dinero en el proceso. Nathaniel Hawthorne, el novelista, fue miembro de esta comunidad.
Community Place en Nueva York, fue relativamente exitosa (era muy pequeña y no predicaba el aislamiento total). Pero sus integrantes prefirieron vender el falansterio tras tres años de experimento… simple y llanamente porque no les gustó vivir en comunidad. Es el problema del cada vez mayor individualismo social.
La North American Phalanx, en Nueva Jersey, fue una de las falanges más grandes… empezó muy bien equipada, hasta el punto en que disponía de factorías. Pero una vez más, el problema vino porque cada uno tenía ideas distintas acerca de hacia dónde tenía que ir la comunidad. Las peleas en las votaciones eran frecuentísimas. Un desastre, en esta ocasión, un fuego, impidió a los habitantes persistir sin ayuda externa: votaron vender la propiedad y separarse.
Ningún falansterio fue nunca, jamás, autosuficiente.
Nótese que las autoridades no pusieron impedimento ninguno a su levantamiento, ni en Europa, ni en América. Lo que les pasó les aconteció a ellos solitos.
Obviamente, lo de los falansterios no fue el único experimento interesante, pero sí uno de los más estudiados en Economía y de los que más repercusión tuvo. El “falansterismo” constituyó el tatarabuelo de todos los movimientos actuales sociales que buscan el crear comunidades comunales autosuficientes que no empleen dinero y sí mucha tecnología y mucho progresismo social.
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b) Hubo decenas de casos más, que en la terminología académica económica se suelen dividir según su alcance en locales o más “internacionales”: modelo comunista albanés, comunas basadas en cooperativas, survivalism americano, la obra de Henry David Thoreau (con su famosa e infumable obra Walden, que es un antecedente directo de la “obra” de Fresco), Saint-Simon, Luois Blanc, Blanqui, Étienne Cabet…
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c) Étienne Cabet (1788-1856), el fundador de la comunidad de los “icarianos”, incluso intentó crear una ciudad del futuro. Radical utópico francés y el primero en usar con connotaciones políticas el término “comunismo”, convenció a un grupo de colonos franceses para ubicarse en una zona de Texas, Red River y otra en Iowa. Las colonias acabaron como el rosario de la aurora: a hostia limpia. Ni los indios aguantaban al colega. Fue muy curioso: intentó crear una sociedad sin propiedad privada y sin dinero, también. No pudo.
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d) Y, por supuesto, Robert Marcus Owen, archiconocidísimo en Economía como el autor más estudiado del socialismo utópico.

Robert Marcus Owen, figura clave del mutualismo, el socialismo utópico y el movimiento cooperativista.
La historia de su experimento social filantrópico es para hacer un artículo sólo con ella: un experimento previo, New Lanark en Escocia, le fue bastante bien: por medio del asistencialismo, financió a los trabajadores de sus molinos para que se educaran y obtuvo una comunidad que, si bien no era independiente ni estaba al margen de la economía capitalista circundante, tenía altos estándares de vida (para la época). Más tarde decidió aumentar el alcance de este experimento y se compró una ciudad al completo (era rico por herencia), la llamó New Harmony, en Indiana, e invitó a todo el mundo a vivir allí en un “Nuevo Mundo de felicidad, iluminación y prosperidad a través de la educación, la ciencia, la tecnología y la vida comunal”. Como podéis ver, es el mismo lenguaje que usa Fresco. Sólo que Owen sí tenía buena intención, no era un timador ni un charlatán. La comunidad utópica de Owen buscaba crear un medio ambiente superior social, intelectual… e incluso físico. También fracasó, no duró ni dos años. La principal razón por la que fracasó fue por lo mismo que muchas otras comunidades utópicas: no daba margen al individualismo, la propiedad privada ni a la toma decisiones aunque fueran al margen de la idea principal. Esto es, había gente que tenía un criterio distinto al del líder e incluso al de la mayoría de la comunidad. Ésa es una de las razones por las cuales la idea de que la gente va a acabar por aceptar las decisiones de un ordenador central son más que risibles. Está en la naturaleza humana el discrepar en interés propio. Es biológica e incluso socialmente inevitable. Pero la inmensa mayoría de los autores utópicos creen que sólo con educación arreglamos al ser humano… porque niegan que exista una naturaleza humana de índole biológica. Uno de los defectos de Owen, si no el principal, es que creía que el hombre estaba formado por las circunstancias y que no era responsable de sus actos.
La obra de Owen se estudia tanto en Economía porque aunque su experimento fracasara, sentó las bases para muchísimas mejoras sociales: sindicalismo, filantropismo, educación infantil, educación pública asistencial, incluso creó una moneda alternativa basada en horas de tiempo. Pero su principal “herencia” fue el movimiento cooperativista.
En Economía muchos de estos autores reciben el nombre de “socialistas” o “anarquistas utópicos” y no tienen muchos elementos comunes salvo que en general prefieren la evolución a la revolución y los medios pacíficos a los violentos, predican una concordia comunal… y entre sus influencias se cuentan, principalmente, la idea de que el hombre es bueno por naturaleza (cuanto daño hizo Rousseau con ese tema, ay…) o que no hay una naturaleza humana.
Ninguno llegó a conseguir el éxito completo y que conste que la Economía se esfuerza en estudiarlos y sacar las mejores conclusiones de ellos. Karl Marx, en concreto, fue muy, muy duro con estos utópicos (Manifiesto, 1848): les acusó de sustituir la realidad social por creaciones fantásticas de su propia imaginación.
El caso que más cercano estuvo del éxito y que analizaré un día de estos para vosotros en un artículo específico, como la mejor alternativa de este tipo al Proyecto Venus, fue el de los kibbutzim israelíes, ya en el siglo XX.
¿Por qué fallaron todas estas sociedades experimentales? Porque la dura realidad se acabó imponiendo… de una forma o de otra. Punto.
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11) Como podéis ver, mucha gente tiene a Fresco como un creador original de cosas en las que nadie había pensado antes, pero nihil novum sub sole.
Que vosotros no supiérais de todo esto, panda de cretinos ignorantes (me refiero a “venuseros” y “ebreros”), no os excusa de vuestra culpa. Los libros para comprobar todo esto que os estoy contando estaban AHÍ, en bibliotecas, librerías e incluso online. Y muchas de estas cosas, si no todas, se estudian en el colegio o el instituto. Si no aprovechásteis vuestro paso por la educación, no es el problema de los demás.
A lo largo del tiempo ha habido muchos más experimentos como éstos, a cada cual más enrevesado y utópico, alguno sectarios, otros tecnológicos. Demasiados para listarlos, iré incluyendo algunos conforme pueda separar los más serios de los que no. La inmensa mayoría se quedaron en el papel y no se materializaron, como las tecno-utopías de finales del siglo XX. Quizás el caso más significativo sea el que ya hemos visto de Auroville. Pero quiero que os quedéis con la idea clara: es falso que no se haya experimentado con comunidades como las que plantea Jacque Fresco, es falso que siempre se les pongan trabas por parte del sistema (algunas veces incluso se las subvenciona) y es falso que no se haya pensado antes en todo eso de una sociedad futurista sin dinero y con abundancia de recursos.
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12) Y, otra cosa más… Si tanto hablan los del PV o la EBR de una sociedad sin dinero… ¿a qué esperan para empezar? Excusa de un seguidor de la EBR: “Yo no tengo que vivir en una sociedad donde se dé la EBR para hablar de sus bondades. ¿Acaso necesito dejar de usar dinero para contar los beneficios de una sociedad sin dinero?”
Pues quizás no lo necesites, pero NO ESTÁS SIENDO COHERENTE.
Si quieres un cambio social, empieza YA. Andando se hace camino. Por ponerte un ejemplo que puedas entender… ¿tú te fiarías de un tío que pretende instaurar el vegetarianismo y que te invita a comer asado de ternera para hablarte de las bondades del vegetarianismo? Yo, no.
Todas estas incoherencias, como mínimo, me hacen sospechar (es absolutamente legítimo el sospechar ante esto) de la ineficiencia o falsedad de esos postulados. Y si conjuntamos esas sospechas con el estudio de la trayectoria vital de Fresco… tenemos que es otro fraude más y bien claro.
¿Tú crees que es posible la existencia de una sociedad sin el concepto de dinero?
¡Adelante!
¡Ponte a ello!
Como los físicos que esperan sentados riéndose a los que dicen que pueden crear el motor de movimiento perpetuo, los economistas hacemos lo mismo esperando una sociedad sin concepto de dinero. Ponedlo a prueba y veréis que no era tan natural ni tan lógico como parecía. No hay tecnología posible para ninguna de las dos cosas porque son imposibles físicamente… por mucho que algunos se empeñen en lo contrario.
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Tanto que habla de aplicar el método científico a la sociedad… Fresco NO HA EMPLEADO el método cientíico. De hecho, el método científico, la Ciencia, e incluso la experimentación nos muestran que es imposible la existencia de una sociedad o tan siquiera un individuo sin percepción de valores. Como también nos indica que una ciudad circular es una cosa ineficiente de cagarse patas abajo y que los platillos volantes y los coches de tres ruedas no son precisamente el culmen del desarrollo tecnológico… y que un edificio con líneas curvas e irregulares es una auténtica mierda para vivir.
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8. Conclusiones. ¿Hay algo de aprovechable en la obra de Fresco?
Como me dijo un profesor que tuve: “nunca hay un libro tan malo del que no se pueda sacar algo bueno: incluso los peores libros pueden ser usados para apoyar una pata de una mesa que cojea, matar un mosquito, como pisapapeles o como arma arrojadiza improvisada”. Pues lo mismo con el PV y la EBR.
Hay dos puntos fundamentales positivos en la obra de Jacque Fresco:
1) Es un punto de referencia para comprender los fraudes que han surgido en los inicios de esta nueva era de internet. Por ponerlo más claramente, es como estudiar el caso de Al Capone para comprender el papel de la mafia italoamericana en la historia de los EEUU de América: un caso paradigmático o muy ilustrativo.
2) Tiene la misma utilidad (y la única) que todos los movimientos utópicos: el de remover la conciencia de las personas más ignorantes en pos de algo mejor… aunque ese algo mejor sea imposible de conseguir. El de cuestionarnos aunque sólo sea de vez en cuando que hay que re-experimentar las bases fundacionales de nuestra existencia y recordarnos que hay que enseñarles esas bases fundacionales a gente que las desconoce. Como enseñarle a un niño pequeño que si no empleamos ciudades circulares y sí utilizamos una sistematización de nuestras percepciones de valor (el dinero) no es porque le haya salido a alguien de los cojones… sino que es por una serie de cuestiones lógicas, naturales y demostradas científicamente.
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Quiero que notéis que no estoy en contra de un mundo en paz, donde todos sean felices, no haya que trabajar y todos vivamos en armonía. Esas ideas son muy bonitas y muy lindas. Nadie puede estar en contra de ellas (o no debería). Difundir esas cuestiones no es malo de por sí ni mucho menos. De lo que SÍ estoy en contra es de difundirlas empleando chorradas, mentiras, ideas anticientíficas e intentando aprovecharse en beneficio personal de las esperanzas e ilusiones de unas gentes que quieren encontrar una solución a lo que perciben son los males de esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. Hablar de un mundo sin guerras y sn miserias lo han hecho INCONTABLES “salvadores” a lo largo de la historia de la Humanidad. Eso es fácil y divertido.
“Es que Fresco quiere un mundo mejor”. Aunque eso fuera cierto, eso no justifica sus mentiras, su falsa ciencia y sus fraudes. Tengo muchas mejores alternativas que las ideas de Fresco. Objetivas, prácticas y sin fraude.
El Proyecto Venus (y la EBR) no está ayudando en tanto en cuanto es una herramienta para aprovechamiento de su creador y está causando con ella el que una ingente cantidad de personas que no tienen formación para darse cuenta de dónde están sus fraudes, se distraigan de la verdadera lucha social que hace falta en un entorno de crisis económica tan gigantesca como ésta de principios del siglo XXI en pos de una chorrada ineficiente e inalcanzable.
Necesitamos gente concienciada que coja antorchas, picas y piedras para luchar. No necesitamos cuentos de hadas.
Los pocos beneficios y conquistas sociales de los que disfrutamos en la actualidad y que cada vez más nos quieren quitar (sanidad y educación públicas y gratuitas, representación democrática, participación institucional, igualdad entre sexos, derecho a un juicio justo, etc.), no se lograron montando una comuna utópica en el quinto pino. Se lograron con sangre, sudor y lágrimas.
Y sangre, sudor y lágrimas nos costará mantenerlas.
Esas cosas no son gratis.
Diseñar ciudades ineficaces, construir edificios no funcionales, “crear” inventos que no funcionan o promover cuestiones que van más allá de la imposibilidad física como hace Fresco no es lo que nos va a hacer avanzar o solucionar nuestros problemas. Un ecologismo sensato que busque concentrar recursos y mejorar la viabilidad económica de las fuentes de energía renovables es mejor que irse a destrozar terrenos naturales en el quinto pino, alejados de los servicios e infraestructuras que ya existen y gastar recursos y energías tontamente en ello. Una participación activa y concienciada en la sociedad es mejor que romper con todo y sentarse en tu casa (o en una comuna aislada) a esperar que el sistema caiga solo y a que te arreglen la vida unos ordenadores de los que todavía no tenemos los algoritmos necesarios “para que nos gobiernen mejor de lo que haríamos nosotros”. Una educación formal que combine socialización, personalización académica y aliente la capacidad de esfuerzo pero teniendo en mente unos objetivos comunes de formación es mejor que el cada uno se busque la vida educándose como le salga de los huevos, sin esfuerzo, sin disciplina y entendiendo la ciencia como le dé la gana: porque hay cosas que no dependen de la creencia sino que SON. Y entended de una PUTA vez que el problema no es el dinero ni cualquier cosa que empleemos como depósito de valor o medida de intercambio, porque siempre va a haber algo que utilicemos así como herramienta… sino el CÓMO se utiliza.
Ahí fuera hay un mundo con problemas gravísimos que necesitan de nuestra atención y de una verdadera lucha social: hay que saber manifestarse, saber votar en consecuencia, saber defenderse judicialmente, denunciar injusticias… ESO es lo verdaderamente científico o, cuando menos, práctico: reconocer y constatar la dura realidad y promover alternativas eficaces y comprobables científica y empíricamente. Un banquero no va a temer que tú te vayas a vivir a tu ciudad de fantasía… le va a tener miedo a una denuncia judicial bien plantada. Tu gobierno de políticos corruptos no le va a tener miedo a alguien que no vote… le tendrá pánico a quien pueda echarle del sillón y meterle en la cárcel. Una manifestación donde se lancen piedras es más eficaz que el “flower power”. Predicar el inmovilismo o la no participación esperando a que “el sistema caiga solo” es de lo peor que se pueda hacer en estos momentos.
Yo, al menos, como activista social, no pienso perdonarle eso a Jacque Fresco.
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8.1. Alternativas al Proyecto Venus y la EBR de Jacque Fresco.
Esto deberíais haberlo hecho antes de preguntarme a mí, pero bueno…
Vamos a ver algunas alternativas sociales que reúnan algunos de los puntos que supuestamente ofrece el Proyecto Venus de Jacque Fresco: comunidades aisladas, autosuficientes, tecnológica y socialmente avanzadas, que aprovechen bien sus recursos.
La mejor forma de estudiar y analizar las cosas es con pensamiento científico y empíricamente, así que hacemos uso de la estadística, tomamos los casos que mejores resultados han dado, y obtenemos:
1) ¿Alternativas experimentadas como mejores dentro del “sistema”? La socialdemocracia nórdica, también llamado “modelo nórdico”. Sus índices de PIB, calidad de vida, cociente de GINI, niveles educativos, esperanza de vida, índice de libertad de prensa, participación democrática, tolerancia, etc., son los más altos de la historia de la humanidad hasta el momento: Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega e incluso Islandia hasta que abandonó este modelo durante la época de la burbuja inmobiliaria en pos del neoliberalismo, ocupan constantemente los puestos más elevados de las mediciones científicas de la ONU y de muchas otras entidades de medición estadística independiente.
Como sé que algunos odian el capitalismo o lo que vagamente se llama “el sistema”, ofreceremos otras alternativas al margen de éste (o de lo que supuestamente entienden como él), pero que conste que la socialdemocracia nórdica no encaja precisamente bien en la idea que de “modelo capitalista” tienen neoliberales, corporaciones y demás demonios del alternativismo y los movimientos antiglobalización.
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2) Sociedades autosuficientes comunales: ¿Las que han demostrado tener más éxito? Los kibbutzim. Tan cerca estuvieron que su ejemplo se estudia continuamente en Economía.
De las de pequeño tamaño, quizás la más famosa sea Greater World Community en Taos, Nuevo México. Esta comunidad sigue los principios económicos de Buckminster Fuller, la “tierra como Nave espacial”. Nota: está en venta. Y es muy cara.
Un listado de otras comunidades sostenibles más, ya bastante experimentadas (son extremadamente pequeñas), y eso es una gran ventaja.
Arcosanti, una ciudad experimental construida por el arquitecto italo-americano Paolo Soleri en mitad del desierto de Arizona. Es de lo más próximo que existe en la actualidad a la idea física del Proyecto Venus de Jacque Fresco (se compara muchas veces a Fresco con Soleri, aunque el italiano sí tenía titulaciones, de hecho, no sólo fue arquitecto sino diseñador indutrial de verdad y ha trabajado mucho en materiales cerámicos).
No la he citado antes porque no ha tenido éxito y técnicamente hablando, no es muy eficiente: como se ha ido construyendo poco a poco está sin terminar y parece que así va a estar mucho tiempo… Es más, está bastante desfasada: muchas innovaciones tecnológicas que hoy son moneda corriente en las casas actuales, no aparecen en las de Arcosanti. Soleri, que también era bastante viejo (nació en 1919), se retiró del proyecto poco antes de morir (falleció el 9 de abril de este año). La ciudad está dirigida por una fundación que sí está registrada como ONG al completo, no como la de Fresco. La ciudad no ha llamado mucho la atención de ingenieros y arquitectos del mundo, aunque su diseño es mejor que el de la ciudad circular de Fresco, por eso la cito aquí, pero es que mejor que la ciudad de Fresco, un campamento militar romano. Literalmente.
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3) Sociedades sin dinero: ninguna. Es imposible física y conceptualmente.
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4) Autarquía más exitosa de los últimos tiempos: Bhutan (no, la España de Franco NO fue la mejor autarquía, por mucho que se empeñen en ello los franquistas). En la actualidad, ya no es válida la afirmación puesto que intenta combinar mantener una espléndida calidad de vida con un aperturismo imprescindible para el desarrollo humano y la obtención de tecnología. Siempre ha empleado dinero.
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5) Ciudades eco-sostenibles. Masdar City, en Abu Dhabi.
Por si no queréis saber nada de los sultanes y jeques de los Emiratos árabes Unidos, aquí os dejo con la web de las ciudades más sostenibles: evalúan constantemente las ciudades que mejor entran en la categoría de “sostenibles” y ecológicas del mundo.
Os adelanto: de entre las mejores ciudades estándar de 2012, las mejores son Vancouver (Canadá), San Francisco (EEUU), Oslo (Noruega), Curitiba (Brasil) y Copenhague (Dinamarca). Como podéis ver hay DOS ciudades nórdicas entre las cinco primeras.
Eco-ciudades de pequeño tamaño: ya hemos visto Auroville en la India, pero otros ejemplos son Freiburg im Breisgau en Alemania, Älvstaden en Suecia (es una barriada de Gotenburgo), Waitakere en Nueva Zelanda…
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En proyecto hay muchas más comunidades de este tipo, pero he estimado oportuno dejar sólo las opciones más realistas. Añadiré las que vaya evaluando como más interesantes.
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Como última nota, nada más que añadir que… el artículo NO está cerrado ni lo va a estar nunca. Lo revisaré continuamente, corrigiéndolo, aumentando la información, a través de lo que pueda seguir actualizándose… y por todo feedback (retroalimentación) seria (bueno, interesante, que sobre el PV hay pocas cosas serias que decir) y rigurosa que podáis pasarme. Daré crédito, palabra.
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Conclusión final: el Proyecto Venus y la Economía Basada en Recursos son un fraude y un fraude anticientífico. Quien no quiera ver las pruebas de ello: allá él o ella.
Hasta la próxima.